Destrucción de las Salas

Primero fueron incendios y terremotos los que destruyeron la mayoría de las salas del puerto, por no contar éstas con las medidas necesarias y haber sido construidas de materiales ligeros. Sin embargo los siniestrados edificios se reemplazaban por otros que cumplían la misma función de entretener al público.

En la segunda mitad del siglo XX llegó el progreso y el comercio a la ciudad, por lo que las salas comenzaron a ser demolidas con el fin de explotar los terrenos con fines comerciales. Las pocas salas que se han salvado de este destino están convertidas en bodegas, estacionamientos, mercados persas o ferias artesanales.