“Bueno, ir con la polola era macanudo. Yo te voy a enseñar cómo se pololeaba en la época: en primer lugar, tenías lo que se llamaba “el abejorreo”; uno se sentaba así y por aquí como por el lado, tratabas de rozar el brazo. Si la niña ponía el brazo y no lo corría, ibas bien. Si de repente tú notabas por ahí que otro dedito aparecía, estabas en tierra derecha.”